Amar en vertical.

Jugosos labios sabor cereza, la mirada enmarcada entre sombras colores y brillos, un escote profundo que invita al pecado, cascadas de luces que mojan con innumerables destellos los hombros desnudos, la sensualidad esta en el aire , se podría tocar pero no, aun no es tiempo de eso... es tiempo de darle otros placeres al cuerpo.
Impulsos y pasiones invaden el flujo sanguíneo y se dispersan por cada músculo y en cada fibra al compás de los primeros acordes, un deseo casi animal trepidando en las entrañas haciendo erupción se desborda por los poros y se descara en las miradas, los pies y las manos comienzan a hablar, comunicándose con movimientos ardientes, como provocando a los demonios encerrados, como invitando al fuego para que invada y calcine lo que a su paso encuentre. Los muslos aprietan conteniendo el mover de la cadera que baja sublime, dibujando una espiral, adornándola con gracia y cadencia. Giros impetuosos hacen volar las telas, evidenciando piel y músculos que arden al sonar de las percusiones. El cuerpo se ondula lleno de bríos, la energía va y viene sobre las olas que dibujan las caderas... es sexo, del bueno, es del tipo de sexo que te hace jadear, que te saca gemidos entre violentos vaivenes, con el que sudas y aprietas, del que te hace gritar en el éxtasis cuando por fin terminas... la canción.
Y vendrá el tiempo para la cama, ya tendrá ella la oportunidad de consumirse bajo el fuego del volcán, pero ahora le toca a la pista sentir el calor de los pies que muy a penas la tocan, ahora es tiempo para amar en vertical, para seducir, para provocar... ahora es tiempo de bailar.