¡Cómprate un kilo de puntería...!

El siguiente video ya es pasado, pero me recordó una situación muy chusca cuando estaba en la preparatoria. Resulta que en las actividades deportivas escolares había la actividad de taekwondo, yo sin saber nada me metí, pues ya estando en dichas clases deportivas resultó que el único que no sabía absolutamente nada era yo, todos los demás compañeros tenían cuando menos las nociones básicas.

La mayoría además de tener conocimientos básicos en taekwondo, también sabían un poco de demostraciones tales como el rompimiento de tablas con los puños y los pies. En las primeras impresiones de dichas demostraciones no falto el "mamón" que hablaba de su tremenda fuerza para quebrar tablas; "yo puedo hasta con dos", "con el pie quiebro hasta cinco", etc, y demás habladurías. Yo en un principio estaba impresionado con tales "hazañas", me daba miedo saber que una mujer podría romper una tabla y no tendría los "blanquillos" para poder hacerlo yo.

Se llegó el momento de la verdad y en cierta clase el profesor nos pidió que consiguiéramos las tablas para hacer las demostraciones, yo no tenía idea de que tipo de tabla, que dimensiones, etc. por tal motivo le pregunte al profesor, y este me dijo "pídele ayuda a Carlos(él mamón)", porque para esto este tipo era el más adelantado de la clase.

Yo estaba con un miedo terrible, me imaginaba que me iba a doler como nunca en mi vida, hasta en dado momento pensé en hacerme el enfermo y no ir a la clase, jaja (clásico, el enfermito).

Total, fui con el tipo este (Carlos) a comprar las tablas y cual fue mi sorpresa que para empezar las dimensiones de las tablas eran muy grandes (45*45cm), y era madera de tercera (toda jodida, llena de ojos, apolillada, etc.) estaba tan "madreada" las tablas que fue ahí donde me di cuenta porque el "mamón" presumía de romper montones de tablas.

Ya en la clase, empezó el profesor a dar el "ejemplo", ja .....ja, triste tabla se rompió con el puro viento, pero el profesor la hizo muy cardiaca.

Vino el turno del "mamón", e igualmente que el profesor, la hizo muy cardiaca, me llegó el turno a mí, estaba en poco nervioso, en el momento me dije: "con todo, triste tabla podrida no me gana", y madres, fue tanta mi fuerza y tan "podrida" la tabla que me desconté al tipo que la sostenía, jajajaja, nunca se me va a olvidar esta situación, solo de verle la cara al "mamón", me sentí un ser superior...jaja.